Es inútil la urgencia cuando no es para besarte

Por Óscar Vargas Duarte

Pides,
deja de verme
estás atando
mi desnudez
a tus ojos

Contacto

No te amo, no me amas,
celebremos nuestro no enamoramiento,
una fiesta, una excusa para el encuentro,
solo ponemos el instante,
y nos jugamos al azar un rato en la piel,
rompemos el decoro íntimo,
le damos impulso al cuerpo,
a la mano alzada como en el dibujo,
a la mano caliente como en el masaje.
Celebremos,
no te amo, no me amas,
no nos comprometemos,
solo le damos un espacio al azar,
para que el cuerpo diga,
así, sin otro espíritu que el sudor puro,
el amor intacto,
y el cuerpo presente,
cuerpo a cuerpo.

Temblores

Temblorosa, la mano se erige dentro de ti
Como una catedral ofreciendo un reloj en la punta de sus dedos,
Un tiempo para ser medido en temblores, en segundos,
Da un momento sin ocasos, un río holgado de anticipos,
Anticipa el temblor de tus hombros, los monosílabos en tu boca,
la tensión de tus pies arqueándose sin flecha.
Temblorosa, de otros temblores, levanto mi mano,
De dulce y sal, absorto el aroma en el aire.
Me tomas en un abrazo, te aprisiono en modo repetido,
Y la mano, una fogata en el camino da pasos en el aire,
Sostiene en sus trazos de fuego el recuerdo húmedo,
El aroma y el temblor, el instante en tu templo.

Calma

La palabra, tu palabra, la mía.
Mi voz, tu voz, la voz.
Tu mano, la mano, mi piel.
El roce, la caricia, tu beso.
La sed, el pan, el vino.
El árbol, la fruta, el sol.
Tu sombra, la sombra, mi luz.
El sexo, tu sexo.
La calma.

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