Buenos Aires, Argentina. Diciembre 2015- Mauricio Macri se salió con la suya y recibió los atributos presidenciales en la Casa Rosada y no en el Congreso como lo pretendía la expresidenta Cristina Kirchner. Esta última, por cierto, sólo estuvo presente en la ceremonia en voz de los fanáticos del nuevo presidente que aprovecharon la ausencia para burlarse con cánticos y gritos. «Y ya lo ve, y ya lo ve. Para Cristina que lo mirá por TV».
La ceremonia se llevó a cabo en compañía de su esposa Juliana Awada y fue la vicepresidenta Gabriela Michetti, en nombre de la Asamblea Legislativa, quien recibió el juramento de Mauricio Macri, nuevo Presidente de la Argentina.
Durante la toma de jura en la Asamblea Legislativa momentos antes, Macri dijo que los ejes centrales que tendrá su Gobierno serán: «Pobreza cero, el combate contra el narcotráfico y la unión de los argentinos». Si al lector mexicano estos ejes le parecen familiares será cosa de mera casualidad, no hay que pensar en populismos ni frases hechas.
«Vamos a cuidar a todos y el Estado va a estar en donde sea necesario para cada argentino, en especial para los que menos tienen», continuó Macri. Hablando de estrategias específicas comentó:
«Vamos a universalizar la protección social para que ningún chico en la Argentina quede desprotegido y vamos a urbanizar las villas». Dijo también que Argentina «necesita inversión inteligente y expansiva que mejore la infraestructura».
Hablando de la corrupción, otro tema siempre presente en los gobiernos de la América latina, dijo «Voy a ser implacable con todos aquellos, sean propios o ajenos, que dejen de cumplir lo que señala la ley. No va a haber tolerancia con estas prácticas». Y comentó sobre el aparato de justicia que «no puede haber jueces militantes de ningún partido».
Finalmente se dirigió al resto de los americanos: «Creemos en la unidad y la cooperación de America latina y del mundo, sin prejuicios ni rencores, y en el fortalecimiento de la democracia como única manera de resolver los problemas de una sociedad», afirmó.