Candidatos a gobernador por EDOMEX: 3 cartas del PAN

En este momento el Partido Acción Nacional por sí solo no ganaría la elección de gobernador del Estado de México. Si quiere ser competitivo, está obligado a establecer una política de alianzas a partir de poner sobre la mesa sus propia terna de aspirantes.

El PAN deberá pensar en sus alternativas: Una coalición; una candidatura común que es una  figura recientemente aprobada por el congreso o;  pensar en un candidato externo.

El PAN en el Estado de México aún no viene realizado acciones notables para identificar a su candidato a gobernador pero algunos nombres saltan más que otros. Veamos.

Ulises Ramírez

Estamos enterados del interés que desde hace muchos tiempo tiene este líder quien llegó a ser senador de la República. Desde diferentes frentes se le han realizado críticas y algunas de ellas han sido duras. A pesar de esas críticas su poder dentro del PAN del Estado de México sigue vigente.

Su visibilidad pública se ha reducido desde que fue coordinador de los diputados locales, pero sigue siendo indiscutible su liderazgo dentro del PAN mexiquense. En términos legales, si quisiese, Ulises podría obtener la candidatura del PAN pues su gente más cercana tiene el control del órgano del partido estatal que decide sobre el tema. Entonces para ser candidato no lo frena su falta de poder dentro del PAN sino algunos aspectos estratégicos, así como su estilo personal de ejercer el poder partidista.

Ulises no tiene el carácter de los fundadores del PAN en el Estado de México quienes contra viento y marea construían una candidatura a pesar de tener la certeza de la derrota. Esos viejos militantes sabían que entraban a elecciones perdidas, pero participaban decididamente pues debían construir y colocar un tabique más al edificio. Con una mentalidad de estas pasaron de ser un partido marginal a ser un partido que ganó la presidencia de la República dos elecciones seguidas.

¿No tener la mentalidad de los fundadores convierte a Ulises en un panista equivocado? No, lo convierte más bien en un panista diferente que vive con sus circunstancias. Si las condiciones no le favorecen no pelea… pero tampoco cae. Con astucia espera que las condiciones políticas se acomoden de tal modo que no sólo sea un candidato competidor, sino uno con altas probabilidades de ganar. Si no se dan las condiciones para ser un candidato ganador es casi seguro que no va a competir

La confrontación interna con sus adversarios es un tema importante pero este análisis no lo hago para no desviarme del objetivo de la presente columna.

Hace algún tiempo  estudiamos a tres posibles aspirantes. Hoy sólo menciono dos: El alcalde de Naucalpan, Edgar Olvera, y el alcalde Huixquilucan, Enrique Vargas.

Enrique Vargas.

A este panista le pasó lo que a todos los políticos de oposición dentro del Estado de México: cuando llegan al poder le bajan dos rayas al volumen. El hecho de haber aceptado que el Secretario de Gobierno, José Manzur, le hiciera manita de puerco y lo obligara a negociar su permanencia en la presidencia municipal de Huixquilucan le otorga una imagen diferente a la del panista combativo que peleó en las calles por el respeto al voto electoral.

¿Esto lo convierte en un político repudiado por su partido? De ninguna manera, el panismo actual se ha enseñado a pelear y convivir con el priismo. Ese proceso de aprender a conciliar es algo a lo cual someten a todos los panistas y que se resiente cuando llegan al poder.

¿Por estas razones dejan de ser competitivos electoralmente? No forzosamente. A Enrique Vargas lo veo más bien como un político que cambió de “estilo” y deberá cuidar que ese cambio sea de forma y no de fondo. ¿ Hasta dónde ese cambio de estilo lo va a beneficiar o afectar? será una cosa que revisaremos en los próximos días.

Y es que cambiar de estilo es un riesgo en cualquier profesión. Pasar de fajador a técnico a media pelea lo hizo verse lento y desconcertó a los espectadores.

Llama la atención que en su toma de protesta Enrique Vargas mientras hablaba de diálogo con el Gobierno del PRI amenazaba con mano dura a los militantes del PAN. A todas luces es un cambio pues los agradecimientos fueron para el PRI y las amenazas para quienes lo llevaron al poder. El nuevo discurso y la manera como se hizo no fue lo más sano. ¿Esto es corregible? Claro, sobre todo si el equipo de asesores es el correcto. Si dentro de Enrique Vargas aún existe el espíritu del fajador, quizás él mismo se sienta mal por el cambio de estilo.

Este tipo de hombres sufren mucho al integrar su equipo: contaban con un grupo diseñado para pelear y de pronto les piden conciliar. Quien no se adecue es despedido. Y es que en política algunos pueden ver el tema no como un cambio de estilo sino como traición.

Veremos si a pesar de estos cambios estratégicos le alcanza para seguir figurando en la lista de aspirantes. Por lo pronto, también llama la atención su cercanía al jefe Diego quien es un experto en instalar mesas interpartidarias de donde salen, para decirlo de un modo, los acuerdos más raros.

Edgar Olvera.

Finalmente está el alcalde Naucalpan, Edgar Olvera Higuera, quien hasta ahora ha sido fiel a su propio estilo. A diferencia de Enrique Vargas, se hubiese esperado un poco más de agresividad de su parte y, con ello, enviar  a la sociedad el mensaje de que está inconforme con la situación de su municipio y de su Estado. Hasta ahora está al frente de Naucalpan como en una actitud de reserva.

En las reuniones de equipo cuenta cuánto dinero hay en la caja y procura gastárselo cumpliendo las normas de contraloría y aplicándolo hasta donde se pueda. Es un buen administrador pero sigue sin mostrar plenamente el deseo de aspirar a la gubernatura. Tampoco es fácil hacer lo que aquí decimos y quizás sus decisiones son estratégicas. Es posible que intencionalmente procure mantener un bajo perfil hasta que se den mejores condiciones. Pero, ¿se pueden generar mejores condiciones políticas? por supuesto que es factible. El priismo mexiquense llegó a tope en su crecimiento y, por más que hagan, sólo les queda conservarse o comenzar a caer.

Pero mantenerse de bajo perfil puede ser peligroso para los panistas. A los candidatos del PAN, a diferencia de los candidatos del PRI, para ganar no les basta la estructura y las condiciones políticas, requieren “la figura”. Y la figura siempre debe construirse antes de iniciar cualquier proceso electoral.  El panismo está construyendo “figuras locales”, pero no estatales.  Los personajes que mencioné, decididos, podrían crecer mucho y tienen un partido sólido que los respaldaría. Pero no se muestran plenamente y tal vez están siendo demasiado estratégicos. A lo mejor llegó el momento de dar un paso más.

El próximo Lunes 18 hablaré de los aspirantes que se mencionan por el PRD.  Edmundo Cancino. Cuentos y cuentas.