Placeres conexos

Humo de mis plegarias WordPress cabezal Por Óscar Vargas Duarte

A un cuarto de la hora para haber estado dormido se me ocurre pensar en mi gusto por la lectura, claro, a una altura superior del gusto por comprar libros. Hubo una pausa al escribir esta nota, fui hasta el lugar en donde están los libros a buscar uno de Jorge Luis Borges, «Arte Poética», en él, y espero no equivocarme, él hace una referencia al placer que le producía comprar libros aunque ya los tuviese en su biblioteca. No encontré la referencia, claro, no leí todas las páginas, solo pasé por encima entre las conferencias y las anotaciones.

Esta tarde, reduciendo mi aliento y esfuerzo físico a mirar uno y otro libro esparcido en desorden por los muebles de la casa, descubrí otro placer, creo yo, y esto es para mí, en el mismo nivel de leer o comprar libros, aunque ya dije que están en diferente altura. Encontrar libros empezados, con el separador entre dos páginas señalando en donde ha concluido la lectura, en donde debe continuarse, encontrar libros sin marca alguna y saber de ellos que ya fueron empezados, entonces buscar entre sus páginas cuál fue la última absorbida por los ojos.

El hallazgo que más gusto produjo a esta tercera aproximación a la satisfacción por los libros fue hallar uno de un escritor ecuatoriano, no voy a poner el nombre, no quiero, y esto de no quererlo y también no hacerlo es por el placer de saber que puedo tomar decisiones y sostenerlas, no como en otras ocasiones en que quiero algo y debo hacer otra cosa porque lo dictan las buenas costumbres o porque es mejor no atravesar ciertas barreras a las cuales me he sometido por el trabajo.

Me gusta una amiga, y como no creo ella pueda enterarse de esta nota escrita entre tantas cosas perdidas y abandonadas en internet a las cuales difícilmente las personas interesadas llegan a acceder para darle lectura, no porque sea realmente difícil, es más porque las personas están ocupadas en sus propias rutinas y no se viven asomando para perder su tiempo observando lo que otros escriben, puedo anotar que el libro del escritor con la nacionalidad ya mencionada es un libro en tono erótico, y por eso he pensado en mi amiga, por el gusto que me da decir cuánto la deseo, y porque la página en donde había abandonado la lectura era justo eso, el inicio de la caricia que terminará extenuada y exultante en el coito

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