También depende de lo que ignoramos del objeto observado
Acaba de volver de su trabajo, quiere dejar todo afuera, ingresar y empezar a sentirse protegido, el tráfico y la gente, todos son extraños para todos, cada momento se están acercando al espacio vital considerado como mínimo.
Olvidó algo, debe recorrer los pasos que ya había consumido, está con prisa, eso le molesta, entrará nuevamente a su casa, está planeando la ruta para recuperar los minutos de más que usará para salir de la casa e ir a su oficina.
Piensa en el color de la puerta, en la imposibilidad para usar uno más cercano a sus gustos estéticos, hace un gesto visible solo desde adentro, por un instante no comprende si entra o sale de su casa, toda la memoria está perdida, y la recupera en la siguiente milésima de segundo.
No está seguro de continuar, estar fuera de casa es inseguro, adentro están el tv, el sofá, la cama, el sueño y el milagro repentino de poder quedarse dormido. Afuera es la polución, todos piensan y quieren compartir sus pensamientos, los presiente y debe evitarlos.
Salir y ser parte del mundo, el mundo nace dentro, pero se construye afuera, la calle, el bar, la ciudad, el parque, cualquier lugar donde sus pasos dan sentido al camino, de eso se trata, en el siguiente movimiento toda su potencia propiciará el impacto de su cuerpo ante el aire.
Piensa en la mujer que le gusta, le ofrecería una copia de la llave, para cuando quiera, para que siempre pase entera por esa puerta y salga del mismo modo, uno más otro es uno mismo más extenso, eso son la llave y la cerradura, solos no son nada, deben juntarse para dar la posibilidad a la puerta de moverse.
Es hora de la cena, debió salir a comprar una salsa para la ensalada, está enfadado, el servicio de domicilios tardaba demasiado, caminó seis calles, se sintió agredido por unos autos que alzaban el sonido de las bocinas, ahora frente a la puerta piensa en dejar la furia antes de dar el siguiente paso para cruzarla.
Es una metáfora, vuelve a pensarlo, en sus manos están las llaves para abrir los caminos hacia donde dirigirse, es una metáfora de las posibilidades que ha cerrado en la vida con mano propia.
Observa su mano, mide su fuerza, extiende los dedos, sabe de las líneas volcándose en el lugar donde se doblan las falanges. La llave contiene sus huellas, el olor del metal de dentro de la puerta, el aroma del perfume que usa en su cuerpo.
Conecta la fuerza en sus piernas con las de sus manos, presiente el temor de la infancia cuando aún con las llaves en la mano no podía abrir la puerta, la llave se bloqueaba y, luego, su padre era quien la giraba para darle el uso indicado.
No sabe nada de observación alguna, no está consciente del momento, solo moverá la mano, dará una vuelta de tuerca, el espacio estará abierto para sus pasos, los dará, adentro, afuera, no le importa, ya estaba destinado para hacerlo.