Sufran militantes: en las últimas 48 horas se definirá el gobernador

Por Edmundo Cancino.

Hagan lo que hagan, digan lo que digan y recen a quien le recen, estrategas y seguidores, el proceso en el Estado de México apunta a un hecho inaudito en la historia electoral mexiquense: la decisión de quién será el gobernador se definirá en las 48 horas previas al 4 de junio.

Hay 3.9 millones de electores mexiquenses pasando por un estado mental intenso y hasta psicótico. Su gran esperanza es que “su” candidato gane. Su pesadilla: que pierda. Toda encuesta que profetice el triunfo de «su» candidato es recibida entre aplausos y apasionados twitters. Toda encuesta publicada en contra de su candidato es tomada como una mentada. Sin embargo, nada está escrito.

¿Pero porqué 3.9 millones de psicóticos? Veamos. Hay 11 millones 121 mil electores en el Estado de México (con credencial de elector) pero de estos, solo 3.9 millones de fieles tienen ya su candidato. Además de quienes han definido por quién votar, existen otros dos grupos:

Los indecisos. Este colectivo compuesto de 1 millón 668 mil electores recibe diariamente un alud de comentarios de parte de los fieles en donde les demuestran que su candidato o candidata es algo parecido a dios, mientras los adversarios son dibujados como la viva representación del pestilente satanás.

Tercer grupo: Es el más numeroso y lo forman cerca de 5 millones 560 mil electores. La tecnología electoral los llama abstencionistas. Este tipo de elector tiene dos posiciones: Por un lado, realmente no sabe nada de las elecciones ni le interesan. O bien, sabiendo un poco de las elecciones percibe que todos esos acontecimientos ni les van, ni les vienen «porque todos los políticos son iguales».

De estos tres grupos, solo uno va a definir quién será el próximo gobernador del Estado de México y como quedará el mapa político mexiquense después del 4 de junio. Estamos ante una elección atípica en la historia mexiquense. Veamos.

El grupo que decidirá el triunfo.

A los estrategas de cada partido no les interesan los abstencionistas. El PRI, el PAN, el PRD, MORENA no han generado una estrategia real para reducir el número de millones de personas que el domingo 4 de junio no van a acudir a las urnas.

Dado el diseño de la legislación electoral, que no establece un mínimo de participación para declarar válida una elección, los partidos y los candidatos parecen llegar a una conclusión cómoda respecto del abstencionismo: si a ti ciudadano no te va, a mi partido no me viene.

Por lo tanto, esa gran masa de abstencionistas no son preocupación de partidos, de candidatos y de la autoridad electoral. Incluso, no son preocupación de los medios. Recuerdo a un concesionario de televisión que en la pasada elección presidencial le dio prioridad al futbol por sobre el debate. A mi clientela, pareció decir ese empresario, no le interesan sus elecciones.

Los fieles tampoco son preocupación para los candidatos porque ya están convencidos: hagas lo que hagas, digas lo que digas, acuses a quien acuses, saques los videos que saques, van a seguir apoyando a su candidato o candidata.

Así, solo nos queda un grupo. Dadas las condiciones de la actual elección, el resultado final lo van a definir los indefinidos, curiosa contradicción. Hay información suficiente para concluir que estos 1.7 millones de electores definirán en las últimas 48 horas por quién votar. Lo más tenebroso para los fieles: estos 1.7 millones representan el doble del grupo de fieles que, en el mejor de los casos, tiene cada partido.

Así, en los días restantes de la elección vamos a ver  una campaña donde los candidatos se concentrarán en dirigir sus mensajes no a los abstencionistas, ni a quienes ya están de su lado: la guerra es por los indefinidos

Los estrategas van a tratar por todos los medios de convencer a los indefinidos. Pero si fracasan en su esfuerzo, los promotores del voto de cada partido recibirán una última recomendación: si no lo logras convencer, no olvides que es preferible un abstencionista más a un voto en contra.

Por ahí, algunos afirman que el final será de película. Estoy de acuerdo, pero agrego: de película de terror.