Al registrarse como candidato a la presidencia de la República por Morena, Andrés Manuel López Obrador precisó los siguientes aspectos:
Este es el momento de volver a extender la mano abierta y franca a nuestros adversarios, a quienes ni siquiera consideramos como enemigos, porque no tenemos enemigos, ni queremos tener enemigos, tenemos adversarios.
Ahora de nueva cuenta manifestamos a los integrantes del poder económico y político del país que no les guardamos rencor y les aseguramos que tras su posible derrota en el 2018, en este año no habrá represalias, ni persecución, ni destierro para nadie, declaramos enfáticamente lo que se necesita es justicia, no venganza, no odiamos a nadie.
Dicho de otra forma, nuestro propósito es iniciar una etapa nueva en la vida pública del país con un Presidente que no esté subordinado a ningún grupo de intereses creados y que solo tenga como comandante y jefe máximo, que solo tenga como amo al pueblo de México.
Respetamos a quienes sostienen la máxima “ni perdón ni olvido”, pero no la compartimos, si hacemos a un lado al odio, podremos caminar con el emblema de la honestidad hacia una sociedad mejor, de esta forma se hará realidad la estrofa del himno de Chiapas: “que se olvide la odiosa venganza, que termine por siempre el rencor, que una sea nuestra hermosa esperanza y uno solo también nuestro amor”.
En correspondencia, en las meras circunstancias, nuestros adversarios tendrán que entender que ningún grupo por importante y poderoso que sea podrá seguir conspirando contra la paz social en beneficio propio. Nada, ni nadie, puede valer más que el bienestar y la felicidad de nuestro pueblo.
El nuevo gobierno democrático garantizará las libertades, y cada quien podrá dedicarse a la actividad que más le satisfaga y más les convenga, pero obviamente todos tendremos que ceñirnos a la legalidad vigente.
Las nuevas reglas serán lo suficientemente claras y señalo algunas: Se podrá hacer negocios, pero no habrá influyentimos, corrupción, ni impunidad; el presupuesto será realmente público, se dará preferencia a los pobres, se cuidarán los recursos naturales, la riqueza de la nación y los frutos del trabajo de los mexicanos, se distribuirá con justicia, y no se permitirá que los privilegios de pocos se sustenten en la opresión, en la inseguridad y en la miseria de millones de mexicanos.
La honestidad y la austeridad en el ejercicio del gobierno nos permitirán liberar recursos suficientes para financiar el desarrollo sin aumentar impuestos, sin endeudar al país y sin imponer a la población alzas draconianas como los llamados gasolinazos.
Me comprometo a que todos los mexicanos que tengan salarios dignos que tengan trabajo y salarios remuneradores. Esto lo vamos a lograr, porque se va reactivar la economía, se van a impulsar todas las actividades productivas y con los sectores privado y social haremos una alianza para el crecimiento económico con justicia y con respeto a la naturaleza.
Produciremos en el país lo que consumimos, va a cambiar la política que se ha impuestos durante 30 años que nos ha llevado a comprar en el extranjero lo que consumimos, alimentos, gasolinas y otros bienes, ahora vamos a fortalecer el mercado interno y vamos a producir en México todo lo que podamos para hacer autosuficiente.
Sobre la inseguridad dijo: Se trata del problema más difícil de resolver, porque sucesivos gobiernos dejaron que se agravara en extremo, tanto por el descuido social como por el contubernio entre las autoridades y la delincuencia.
Cada dos años, cada dos años, habrá consulta ciudadana para preguntar si quieren que siga en la Presidencia o que renuncie a ella. Entendemos que en una verdadera democracia debe regir la máxima: “de que el pueblo pone y el pueblo quita”.