Como estamos en vacaciones y a veces no nos alcanza el presupuesto, un libro nos permite viajar a lugares lejanos, incluso a aquellos a los nunca habíamos pensado. Y no sólo eso, también nos permite viajar en el tiempo.
China es quizá uno de los reinos con mayor cantidad de leyendas urbanas e imágenes inasibles en el imaginario, cuya lista es larga, pero en la cual resaltan: los dragones, la Muralla, las dinastías, sus religiones (el taoísmo, sobre todo) junto con las lapidarias reflexiones y parábolas que les caracterizan, el casi impensable lapso de su historia, su influencia en el mundo (creadores de la pólvora, el papel, la seda, etc.), su última historia política (el comunismo, Mao, la dictadura, el “gigante dormido”, como decía Napoléon) y su economía. Toluca tiene dos libros que, tangencialmente, se vinculan con ese ensueño fantástico y fabuloso: China
Con una baraja de posibilidades narrativas y con su propio I Ching, el Mahjong, Demian Marín ganó el Premio Nacional de Cuento Efrén Hernández 2014 con un fantástico libro de cuentos: Tierra Central. Justo en sintonía con el complicado juego de mesa chino que parodia una muralla, las historias de Tierra Central se concentran en la casi infinita posibilidad de variantes en torno a las vidas y los procesos respecto a las invasiones mongolas. Demian Marín es el más avezado y fino de los narradores de su generación en el valle de Toluca y lo demuestra con maestría en los recursos estilísticos en este libro de cuentos, a la vez que deja entre líneas una herencia de aquel mítico Largueza del cuento corto chino, que editara José Vicente Anaya en la Universidad Autónoma del Estado de México en los 90 y ahora lo hace en Editorial Almadía. Una joya.
Otro caso es el poemario El libro de la dinastía del Bambú, del costarricense, José María Zonta, avalado con el premio en el Concurso Iberoamericano de Poesía “Entreversos” de 2015, entre cuyos jurados estuvieron nada más ni nada menos que Antonio Gamoneda y Gioconda Belli y editado por el Fondo Editorial del Estado de México. El poemario apela a la profundidad del pensamiento chino, sus reflexiones y apelando ese camino que divide el Ying y el Yang. El poemario en algunos momentos parece no alzar el vuelo poético y enfocarse en describir las parábolas místicas (o yo soy muy poco religioso para entenderlas). Otro libro gemelo de Zonta a ganar el Premio Premio Internacional Manuel Acuña de Poesía en Lengua Española 2016: Antología de la Dinastía del Otoño.
Con la coyuntura trumpiana respecto al Tratado de Libre Comercio, parece contradictorio que sea China uno de los más interesados en abrir los canales comunicación (política, económica y cultural) con nuestro país. Sirvan estos dos textos para mantener las puertas abiertas al inmenso país asiático.
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