
El rector de la UAEM, Alfredo Barrera, fijo postura respecto a la decisión de que la LX Legislatura del Estado de México sea la encargada de nombrar al contralor de la institución. Además habló de la decisión del Poder Judicial la cual, añadió, se aceptó bajo protesta; así como de la reforma educativa del gobierno de Andrés Manuel López Obrador a la cual dio la bienvenida y comentó se debe apoyar sin restricciones.
Alfredo Barrera dio su mensaje en el contexto del informe del director de la Facultad de Ciencias Políticas de la UAEM, ante la presencia de exrectores, directivos y parte de la comunidad universitaria.
En los próximos días los legisladores del Estado de México habrán de nombrar quién será el contralor de la UAEM. Dado el contexto y a efecto de que el lector se forme una opinión, consideramos pertinente reproducir las palabras del rector relacionadas con el tema del contralor y su opinión sobre la reforma al tercero constitucional.
No estamos convencidos del fallo de la Suprema Corte, pero tampoco tememos su ejecución.
«El nuevo paradigma político nos exige perseverar en la construcción de la autonomía, de la libertad intelectual e institucional que nos otorga la constitución para resistir a intereses extrauniversitarios, como aquellos que —desde la reforma política y durante el modelo globalizador— han venido minando la libre búsqueda del conocimiento.
Las pretensiones del nuevo paradigma ya están incidiendo en la universidad pública.
En estos días aceptamos bajo protesta el fallo de la suprema corte de justicia que, finalmente, nos negó el amparo interpuesto contra leyes; en síntesis, el congreso local tiene la facultad para nombrar al contralor interno, lo que ocurrirá —seguramente— en los próximos meses.
Si bien no estamos convencidos sobre algunas de las razones de esta resolución, tampoco tememos su ejecución porque la revisión y verificación exhaustiva del dato correcto es una constante diaria en el quehacer académico. Es un método que nos distingue.
Sin embargo, sería deseable, en
aras de la ética política y de la autonomía constitucional que aún tenemos, que
ahora el Legislativo equilibre la desmesura judicial y elija un auditor bajo
convocatoria amplia y de reglas claras.
El cargo exige una persona experimentada en temas administrativos y legales; sensible a una institucionalidad deteriorada; que privilegie la objetividad por encima de las ideologías y capaz de concertar y cumplir una agenda clara de trabajo que satisfaga a mexiquenses y universitarios.
El cargo y las circunstancias exigen a una persona con una trayectoria ética intachable.
En cualquier circunstancia, estoy seguro, la Universidad Autónoma del Estado de México saldrá avante con el poder de su verdad y de su historia.
Apoyar sin restricción nuevo modelo educativo federal
Ahora que la reforma al artículo tercero constitucional impulsa una educación superior gratuita y de acceso universal, la universidad pública debe renovarse para intensificar su compromiso con el bienestar y el progreso.
Pienso que debemos apoyar sin restricciones el nuevo modelo federal porque sus metas en educación superior coinciden plenamente con nuestro ideal y compromiso histórico.
Somos una universidad pública, científica, humanista y de calidad.
Ahora que la propuesta es extender la cobertura educativa a todos los jóvenes, debemos impulsar nuevos modelos y programas de formación profesional, desarrollar una enseñanza y una investigación al servicio de las mejores causas de la humanidad e innovar la promoción del arte y la cultura para lograr una ciudadanía más responsable con la vida sostenible, de los humanos y del planeta.
Sin embargo, por todos es sabido que nuestro actual déficit financiero se explica en buena medida por el crecimiento acelerado que registramos en las últimas dos décadas. Por ello, un mayor aumento en la matrícula sólo puede ser viable bajo criterios de mesura e inteligencia.
Creo, y deseo que de esta
conversión surja un patrón financiero firme y transparente; con un tipo de
administración sólida y perdurable donde el yerro de los individuos incapaces y
deshonestos no sea pagado injustamente por nuestras colectividades.
Impulsemos un esquema innovador
que atienda las demandas añejas de nuestra sociedad, pero hay que decirlo,
fuerte y claro, que garantice la suficiencia de recursos para la masificación
de la docencia y la investigación de calidad mundial.
