Podrán decirse muchas cosas y habrá demasiadas molestias, pero el PRI, el PAN y el PRD se convirtieron en los nuevos patrones, jefes, mandamases o como se les quiera llamar de la LXI legislatura del Estado de México que inicia funciones esta semana. Por el contrario, gracias a Maurilio Hernández, Morena se reduce a una fuerza secundaria en el Congreso Méxiquense
De nueva cuenta, y tal y como lo hizo cuando estaba en el PRD hace muchos años (LV Legislatura), Maurilio Hernández no supo, no quiso o, como muchos sospechan, entregó al PRI el control del Congreso del Estado de México. En efecto, hace algunos años Maurilio Hernández fue líder de la cámara de diputados mexiquenses, pero por el PRD. En aquellos años el PRD tenía la mayoría, pero la complicidad, entreguismo, tortuguismo o torpeza de Maurilio Hernández y su grupo político (póngale usted el nombre: prihiginios, gapos… ) entregaron al Grupo Atlacomulco el control de las decisiones del congreso.
El mismo Maurilio Hernández que entregó el poder a los priistas cuando fue del PRD la volvió a hacer, pero ahora a partir de Morena. En efecto, durante la LX legislatura Morena tuvo una oportunidad histórica para beneficiar al Estado de México, pero no lo hizo. Y no lo hizo porque le entregó el poder a quien menos debía: Maurilio. Este personaje claro en sus apariciones públicas, pero tenebroso en las negociaciones de alcantarilla, este personaje, decimos, se convirtió para desgracia de los morenistas en su líder durante la legislatura mexiquense que termina sus funciones.
Algunos legisladores de Morena que llegaron con ganas de cambiar las cosas terminaron por besarle la mano a Maurilio y, a través de él, al Grupo Atlacomulco. Los pocos que se resistieron fueron marginados, acorralados y se les impidió volver a ser candidatos.
Maurilio tenía, junto con sus aliados, mayoría constitucional. Es decir, el suficiente número de diputados para sacar adelante las reformas que quisiera en favor del pueblo; para auditar y mantener controlado al grupo Atlacomulco. Pero no lo hizo. Tenía 51 legisladores de un total de 75 y desperdició o entregó todo. Entorpeció y mediatizó a los diputados y se conformó con lo de siempre: muchas declaraciones, muchas denuncias, pero nada, nada de efectividad. Las principales reformas que la sociedad mexiquense requería no se aprobaron. Por el contrario, desde la Secretaría de gobierno del Estado de México se impuso la línea al Congreso y Maurilio obedeció.
Hoy, Morena en la nueva Legislatura por sí solo carece ya no digamos de la Mayoría para hacer reformas constitucionales en el Estado de México. No tiene ni siquiera la mayoría simple. Desde el Congreso se elaboró un sistema para entregar diputaciones y distritos. El Grupo Atlacomulco recuperó el control del congreso, o, mejor dicho, lo mantuvo. Es la peor derrota de la Cuarta Transformación en el Estado de México.
Y para desgracia de los morenistas y a pesar de su papelón, Maurilio fue ratificado como líder de los diputados de Morena en la nueva legislatura. Válgame el santísimo, solo en Morena del Estado de México se premia la ineficiencia y el entreguismo. Peor aún, a pesar de la desgracia con la cual se condujo en la Legislatura y de los peores resultados electorales, Maurilio sigue al frente del Consejo Estatal de Morena-Partido.
En efecto, Maurilio no nada más es líder de morena en la Cámara, también es presidente del Consejo Estatal del Partido Morena. Su especialidad: que el Partido no funcione. Morena Estado de México es el único partido sin dirección, sin presidente, sin Comité directivo. ¿Puede alguien imaginar por qué el partido con más simpatías electorales en toda la historia del Estado de México carece de una dirección? El responsable tiene nombre: Maurilio. Y apellido: Hernández. Y Grupo: los prihiginios. El tema sigue abierto. Columna cuentos y cuentas. Escribe Edmundo Cancino.
