El primer punto de quiebre entre Delfina e Higinio no fue una discusión sobre la mesa del llamado GAP. Más bien la primera dificultad nace por la postura que cada quien adoptó frente a la manera como Andrés Manuel López Obrador conduce el país en lo general y el Estado de México en lo particular.
Higinio mostró un desacuerdo con la manera como López Obrador adopta decisiones en el Estado de México. Ya vuelto gobierno nacional, Obrador adoptó varias acciones contrarias a los intereses de Higinio Martínez quien obedecía a otros intereses y no a los del líder de la llamada 4t.
Pongamos el ejemplo más conocido, no el único: el aeropuerto internacional de Texcoco. Obrador tomó la decisión de hacer caso a una consulta organizada con el fin de determinar si la obra del Aeropuerto se debería cancelar o no. Los mexiquenses consultados de forma clara y mayoritaria dijeron no al Aeropuerto de Texcoco.
Higinio abiertamente se pronunció por un si. Sus intereses coincidían con los del Grupo Atlacomulco el cual a través de Alfredo Baranda, Alfredo del Mazo, Eruviel, Montiel y César Camacho habían impulsado la creación de ese aeropuerto. Empresarios afines al grupo Atlacomulco y la propia clase política hicieron todo tipo de acciones (incluida la violencia del Estado contra los habitantes de Atenco), para impulsar el Aeropuerto. Higinio estuvo todo el tiempo respaldando los intereses del Grupo Atlacomulco. Los millones volaban de un lado a otro. Era un fiesta de millonarios tratando de concretar un super negocio. La banca de Hank también participó.
No contaban con tres cosas: la primera es la corrupción en torno a la construcción del Aeropuerto y la ineficiencia de Enrique peña para terminarlo a pesar de todos todos los recursos. La segunda, los consultados dijeron no al Aeropuerto de Texcoco. La tercera: López Obrador hizo caso al resultado de la consulta.
Molesto por esta situación, y presionado por el Grupo Atlacomulco (cumples o cumples los acuerdos en lo oscurito) Higinio Martínez, en los últimos días, trató desesperadamente de defender el aeropuerto de Texcoco. Cosa rara en él, llegó hasta expresar públicamente su desacuerdo con AMLO. Al final de cuentas, Higinio y el Grupo Atlacomulco debieron tragar pinole y algo más.
No es el único caso de ruptura. Existen muchos otros que se describirán en su momento. Lo interesante fue que Delfina sintió esa vibra y decidió respaldar en todo momento y de manera real a AMLO. Bajo la frase clásica de «amor con amor se paga y dolor con dolor se cobra» Obrador le dio todo el respaldo a Delfina y toda la frialdad a Higinio. A Delfina la apoyó para que fuera delegada, senadora, Secretaría de Educación y coordinadora estatal de la estructura de Morena. A Higinio le mandó mensajes de alejamiento y desdén.
Una parte interesante, y que no se ha visto en la ecuación, es el papel de Horacio Duarte. Este personaje jugó un papel bastante interesante en todos estos estos encuentros y desencuentros. En el contexto es importante analizar el comportamiento de otros grupos de Morena mexiquense como el de Los Puros, Ecatepec y Neza, así como lo que se llama «la militancia dispersa». Pero de eso hablaré en otro ocasión. Por hoy hicimos bien las cuentas y dejamos a un lado los cuentos.
Columna de Edmundo Cancino.