La coordinadora y el coordinador de la coordinadora de la estructura de Morena en el Estado de México fueron nombrados de manera directa por Andrés Manuel López Obrador. Si alguien tiene dudas mejor no siga leyendo esta columna. Pero si está de acuerdo conmigo entonces también coincidirá en que el presidente hizo esto sin necesidad de pedir permiso a nadie. Sin embargo, en este caso, por diversas circunstancias, estuvo obligado a dejar en claro un aspecto: Higinio Martínez no intervino en lo más mínimo con esta decisión y la misma se tomó a su pesar y en su contra.
No era fácil para el presidente dejar en claro esa idea tanto para la militancia de Morena como ante la opinión pública. Y no era fácil pues quienes conocen un poco de política del Estado de México están enterados que tanto Delfina como Horacio nacieron al amparo de Higinio Martínez. El propio Andrés Manuel López Obrador tiene esa información pues fue Higinio quien le acercó a sus pupilos.
Pero estos hechos sucedieron hace muchos sexenios cuando AMLO era la moneda de cambio del PRD nacional. Una época en la que AMLO necesitaba relacionarse con los liderazgos estatales del PRD y en ese contexto cayó en medio de las redes de los higinios. Las cosas han cambiado, ahora el tabasqueño es el líder real de Morena y el hombre fuerte del país. Y como él mismo afirma, se podrá decir que es peje, pero no Lagarto. Es la persona más informada en torno a los procesos electorales del momento. Lo fue antes de llegar al poder, ahora lo sigue siendo, pero con mucha más información, estructura y enormes recursos. Desde el punto de vista electoral AMLO conoce bien al Estado de México y sus grupos de poder.
Higinio cometió dos errores: puso su lealtad del lado del Grupo Atlacomulco al tiempo de perder la confianza de AMLO. Se registró una absurda lucha entre los dos en cuyo contexto, de manera tardía, y por vez primera en su vida política, Higinio trató de crear un grupo con base social capaz de revertir cualquier decisión que AMLO tomara en el Estado de México. Pero Higinio estaba muy desgastado pues toda su vida se ha dedicado a entregar elecciones al PRI y las base política de centro izquierda no cree en él. El mote de priihiginio lo ha ganado a costa de lastimar a miles y miles de seguidores de la izquierda.
De este modo, mientras AMLO ejercía el poder desde el centro del país, Higinio hizo el ridículo intentado crear unas bases inciertas, improvisadas, pero sobre todo llenas de intereses con el PRI y el PAN. Escuchamos y vimos a Higinio organizar durante dos años asambleas y eventos. Durante las mismas lanzó discursos contra AMLO, se opuso a la decisión de cancelar el Aeropuerto Texcoco. Pero no nada más eso, destruyó las direcciones de base de Morena en el Estado de México substituyéndolas con panistas y priistas; en las elecciones entregó municipios; puso a disposición del Grupo Atlacomulco la mayoría constitucional que había alcanzado Morenas y sus aliados en el Congreso del Estado etcétera, etcétera.
En medio de este estire y afloje quedaron Delfina-Horacio pues debían decidir entre Melón y Sandía. Debían decidir: ¿Me voy con quien me ayudó a nacer o me voy con quien me ayudó a crecer? Delfina y Horacio tomaron la decisión más correcta para su futuro: ponerse del lado de AMLO. Y ahora los dos tienen el reconocimiento y el apoyo del presidente quien realmente mueve los hilos político-electorales.
Mientras AMLO coordina el poder real, Higinio luchó por el poder ficticio y tomó el control de la Dirección estatal de Morena en el Estado de México que es lo mismo que menos cien. Digo, el propio Higinio desestructuró a Morena Estado de México y ahora viene con el cuento de que siempre si existe.
Para evitar que Higinio controlara el poder político AMLO hizo algo muy sencillo: creó una estructura paralela a la inútil dirección de Morena Estatal: La coordinación de la estructura del Estado de México en donde está el poder real. Para reforzar dicha estructura nombró a su persona de más confianza en materia electoral: Horacio Duarte quien de este modo pasa a ser el coordinador de la coordinadora.
El poder de esta coordinación se hizo sentir inmediatamente cuando Delfina nombró a su secretario particular como representante ante el Instituto Electoral del Estado de México. Es decir, la inútil dirección del partido Morena en el Estado de México no pudo ni nombrar al representante del IEEM, menos va a poder controlar los recursos de campaña y la designación del candidato.
Además, la dirección fraudulenta del Partido Morena en el Estado de México (las denuncias hablan de cómo llovió dinero del PAN y del PRI) permitió a Delfina e Higinio identificar adversarios, amigos y gente con dudas.
Delfina y Horacio tienen muchos pendientes (de ellos hablaré poco a poco en este espacio). Entre esos pendientes se encuentra uno de percepción que deberán medir: hasta qué punto y de qué manera establecen un deslinde con la figura paterna de Higinio. Qué se gana y qué se pierde con esas fotos, pues se debe medir qué tanto beneficia y afecta dejar que la sonrisa de Delfina se combine con la cara de Higinio. El tema deja una duda. Y a veces una sola duda peca, hiere y puede aniquilar.
Mientras son peras o manzanas, hoy Delfina y Horacio en el territorio mexiquense son la pareja política del momento. No existe ninguna duda de que son el uno-dos de AMLO. Higinio está frito sin embargo, y con el respaldo del Grupo Atlacomulco, busca reacomodarse dentro de Morena. Quiere hacerse cargo de la estructura electoral. Esto a penas empieza, por enero arrancará la guerra sucia y esa va a estar buena. Nosotros seguiremos aportando nuestro punto de vista. Pronto hablaré de las candidaturas en otros partidos políticos y de qué anda haciendo el Grupo Atlacomulco.
Columna Cuentos y Cuentas. Escribe Edmundo Cancino.