Otro frente donde el Grupo Atlacomulco le da la vuelta a Morena Edoméx.

La maquinaria corrupta del Grupo Atlacomulco recibe mantenimiento todos los días. Se le aceita a cada rato. Aquí una prueba más de lo que viene sucediendo y nadie toma en cuenta: el frente de coaliciones y alianzas. Y es que, descuidar el sistema de alianzas y coaliciones dentro de un proceso electoral muestra dos aspectos de un equipo de campaña: no sabe de elecciones o tiene infiltrados y corruptos que de manera intencional entorpecen el acuerdo.

NO es un asunto menor. En toda elección cerrada el sistema de alianzas entre partidos juega un papel fundamental. Es un frente de batalla donde seguido se pierden y se ganan elecciones.

En el caso de la elección del Estado de México la alianza formada por el PRI, el PAN y el PRD ha mostrado toda una estrategia que les ha permitido por un lado facilitar su convenio y, por el otro, torpedear el posible convenio que realizaría Morena. La estrategia principal consistió en reformar la ley para permitir que las coaliciones no nada más fuesen electorales sino también fuesen coaliciones en el gobierno.

En otras palabras el PRI, el PAN y el PRD del Estado de México fomentaron una legislación gracias a la cual los partidos políticos pueden tomar acuerdos para que la gobernadora o gobernador electo tenga la obligación de compartir puestos del gabinete. Esto es inédito en todo el país, solamente ocurre en el Estado de México.

La fracción parlamentaria de Morena se opuso «de bajo perfil» a esta iniciativa. Es decir, solamente se estuvo en contra para guardar las apariencias, pues en el fondo el grupo de diputados afines a Higinio Martínez dejaron correr todo. No se opusieron con la energía que se debe hacer para frenar una iniciativa de estas. Solamente unos discursitos en contra y una timorata oposición legal.

En el acuerdo de esta iniciativa participaron los potenciales aliados de Morena, es decir, el Partido del Trabajo y el Verde. También estuvo en la mesa de negociaciones el partido de Dante Delgado. Es decir, todos hicieron pasar la iniciativa y se aprobó en el pleno.

¿Qué significa esto en términos prácticos? ¿Cuál es el impacto que el hecho está teniendo durante el proceso electoral? Sencillo, el sistema de alianza de Morena está estancado, mientras el sistema de alianzas del PRI camina al dedillo.

La mejor prueba de lo dicho está en que la semana pasada el PRI, el PAN y el PRD se presentaron ante la opinión pública para anunciar el inicio de trabajos formales para establecer su coalición. Y, por el contrario, el equipo de trabajo de Delfina, y menos aún la Dirección Estatal de ese partido, no han podido avanzar un centímetro en la política de alianzas. La Dirección Nacional de Morena está metida en otros asuntos y no parece importarle lo que suceda en el Estado de México.

A unos días de que venza el plazo el Grupo Atlacomulco ya tejió. El sistema de alianzas se debe realizar entre el 14 de diciembre de 2022 y el 14 de enero de 2023. Después de ese tiempo, como decían en mi pueblo «pelaste».

Cuál es el problema para Morena, sencillo: todos sus potenciales aliados ponen como condición comenzar a platicar no nada más de cómo va a quedar el logo en la boleta, sino sobre todo, en el caso de ganar, «qué secretarías de Estado me corresponden».

El equipo político de Delfina no sabe qué contestar. El tema se debió frenar cuando se discutía en el Congreso local. Como dije, no era un asunto menor como ya se puede percibir en este momento. El equipo de Delfina y todas las diputadas y diputados que ahora se toman fotografías con ella guardan silencio. Como si no supieran de qué se trata.

Solamente argumentan que están esperando una resolución de la Sala Superior del Tribunal Electoral con la confianza de que la ley en cuestión será revocada. Puede ser, pero mientras son peras o son manzanas el daño está hecho. Los días avanzan y el acuerdo de Morena está estancando. Además, en el caso de que la Sala Superior se oponga a la ley, de manera intencional lo hará faltando unas cuantas horas para que se cierre el plazo para registrar coaliciones. Es decir, van a apretar hasta el último minuto.

Es más, los potenciales aliados de Morena, tanto el Partido Verde como el PT, confían y fomentan que la ley NO sea derogada, pues eso les significa cargos anticipados en el gobierno y de eso quieren su pastel. Mientras la ley esté vigente, tanto el PT como el Verde usarán esa ley para poner de rodillas a Morena. Y por si fuera poco el partido de Dante Delgado está a la espera de que el ordenamiento no se eche abajo para, entonces sí, hacer un pacto con el PRI a cambio de secretarias de estado.

¿Usted ha escuchado alguna queja en torno a esa ley? No es casualidad. La maquinaria de corrupción e infiltración del PRI está funcionando.

El equipo de campaña de Delfina no hace nada al respecto. La representación ante la autoridad electoral ni enterada está del tema. Las y los diputados afines de Morena hacen mutis. A Delfina «la traen en campaña», de pueblo en pueblo y en plazas controladas. No alcanza a ver lo que sucede atrás, no percibe lo que se está cocinando en su contra. Y no lo percibe porque algunos de los que se sacan la foto con ella son los que están manejando todo por abajo del agua. Seguiré escribiendo sobre la elección. En la próxima columna me amplio sobre este tema de las coaliciones y las trampas que se tejen detrás de ellas. Solo aquí usted encuentra lo que realmente está pasando.

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