El registro de Delfina Gómez como candidata al gobierno del Estado de México fue el de una política segura del triunfo. No tengo memoria de que una candidata opositora al grupo Atlacomulco en su arranque oficial recibiera el apoyo público de tantas gobernadoras(res).

En actos previos al registro de candidaturas ante el IEEM entre Delfina y Alejandra se había visto un equilibrio de fuerzas. Por ejemplo, durante el cierre de precampañas se notó que ambas candidatas hicieron actos en los cuales la medición de las fuerzas lucía pareja. Es más, Alejandra del Moral se dio el lujo de cerrar su precampaña en la casa del Grupo Texcoco y de realizar un acto un poco más organizado. En el cierre de precampaña de Delfina se observó hasta improvisación.

En contraste, durante el registro de las candidaturas ante el IEEM las cosas lucieron bastante disparejas. Desde el punto de vista político el registro de Alejandra se puede interpretar como un acto para cumplir el trámite. En contraste el registro de la candidatura de Delfina tuvo nivel, sentido y se notó que la clase política nacional de Morena acuerpó las aspiraciones de Delfina. Este es el primer acto en que se nota de manera clara el poder que respalda a Delfina.

Todos saben a la perfección que Delfina cuenta con la confianza del presidente de la República. AMLO le limpió el camino durante la etapa de selección interna de Morena. La diferencia es que, en este acto de registro de candidatura, los principales operadores (as) de Morena a nivel nacional expresaron su amor. Todos los gobernadores (as) tienen experiencia política para ganar elecciones y, lo más importante, todos tienen capacidad de gasto. Como dicen en los mítines: ese apoyo sí se ve.

De las personas que estuvieron presentes se destacarían dos figuras. Por un lado, la de Claudia Sheinbaum y por el otro la del gobernador de Zacatecas, David Monreal. Ambos, además de representar el poder de los estados en los cuales gobiernan, tienen como aderezo el estar ligados a dos importantes grupos vinculados a la elección presidencial.

A como se ven las cosas, el futuro ideal de Delfina sería que ella triunfara en la elección del Gobierno del Estado de México y Claudia ganara la carrera interna a la presidencia de la República. Qué más puede pedir una cantante que se presenta ante su auditorio. Sin embargo, para eso falta un buen trecho y nadie crea que este evento no resultó un tanto incómodo para otros aspirantes a la presidencia de la República. No creo que Marcelo y Adán estén del todo satisfechos con la relación pública y privada que se está creando entre Claudia y Delfina.

Por otro lado, el Grupo Atlacomulco seguramente está haciendo una evaluación. Si siguen en la competencia seguramente en los próximos días veremos actos políticos de nivel para respaldar la imagen de Alejandra. Si ya aventaron la toalla (para negociar impunidad) los eventos de campaña de Alejandra seguirán siendo tan deslucidos y descuidados como su registro ante el IEEM como candidata. Alejandra, por el momento, puede decir: ese apoyo no se ve.

Hay muchos otros temas y puntos de vista desde los cuales analicemos la competencia entre Delfina y Alejandra. Por el momento aquí le dejamos.

Columna Cuentos y Cuentas. Escribe Edmundo Cancino